Quizá una de las etapas en las que mejor podemos apreciar la verdadera amistad es en la niñez, porque los niños demuestran su cariño genuino de formas que a los adultos dejan mudos.

Está, por ejemplo, el pequeño que llevó huevos y yogurt al kínder para su amigo porque le parecía extraño que siempre llegara sin comida, y Thane, de 11 años, que usó sus ahorros para comprarle lentes especiales a su compañero daltónico. 

Un estudiante de quinto grado en Lone Tree recibió un regalo que le cambió la vida cuando su compañero de clase y su buen amigo lo sorprendieron con gafas correctivas para ayudar a su color ceguera.

Trabajó haciendo limpieza en distintos hogares

Con su poco presupuesto y mucha imaginación, ideó realizar labores domésticas en distintas residencias con tal de llegar a su presupuesto soñado, ni su madre sabía para que necesitaba tanto dinero hasta que le pidió que lo acompañara a comprar las gafas.

Juntó cien dólares (mil 890 pesos) y se dirigió a comprar los lentes que corrigen la distorsión de colores para su amigo Tyler. A la mañana siguiente, no esperó ni que la clase empezara para entregarle a su compañero el regalo. 

No soportaba la idea de que su amigo no apreciara todos los colores

El niño quedó fascinado, incluso no podía dejar de observar el pañuelo con los colores de arcoíris que incluían las gafas y sacó un par de lágrimas que rápidamente se limpió del rostro porque estaba siendo filmado.

“Me sorprendió y me sorprendió mucho”, dijo Tyler Muhr, de 11 años.

Un video de un teléfono celular compartido en Facebook muestra a Tyler probándose las gafas especiales dentro de su clase. El niño permanece en silencio durante unos segundos, pero cuando finalmente se le pregunta si funcionan, responde “sí”.

“Es imposible envolver tu mente en torno a lo que está pasando. Estoy viendo cosas que nunca pensé, nunca imaginé “, dijo Tyler. “Me acabo de dar cuenta de lo mucho que significaba ver esto por primera vez”.

El alumno de quinto grado dice que pasó de ver las cosas en tonos de blanco y negro a poder distinguir diferentes colores. “Es mucho mejor que sin estas gafas”, dijo.

“Me emociona”, dijo el buen amigo y compañero de clase de Tyler, Thane. “Quería conseguirle lentes porque somos amigos”, agregó. “Solo para traerle alegría y hacerlo feliz”.