La próstata es la fuente de múltiples orgasmos, sólo tienes que dejar tus tabús y telarañas mentales atrás para ir por él, no te arrepentirás.
Para muchos hombres, la idea de que alguien toque su próstata (ya sabes, esa glándula del tamaño de una nuez entre la vejiga y el pene) suena tan atractiva como obtener un tratamiento de choque. Pero para otros hombres, tanto heterosexuales como homosexuales, explorar la próstata puede traerle nuevas alturas de excitación sexual y placer. Es tan placentero, de hecho, que algunos expertos en salud sexual han llamado a la próstata el “punto G masculino”.
El ‘punto G masculino’ es la próstata y mide aproximadamente cuatro centímetros y se localiza desde el recto hacia el abdomen. Eso es porque la próstata contiene una tonelada de terminaciones nerviosas (de hecho, hay casi tantas terminaciones nerviosas en la próstata como en el clítoris). Realmente puede abrir una nueva vía de placer para los hombres si están dispuestos a probarlo.
De hecho, mientras que muchos hombres desconfían de la estimulación anal, las ventas de masajeadores de próstata han ido en aumento en los últimos años.
Los hombres incluso pueden tener orgasmos prostáticos sin estimulación del pene. El orgasmo de tu próstata es un orgasmo de cuerpo completo, y sientes una sensación de hormigueo en todo. Esto se opone al placer más aislado y directo de un orgasmo regular a través de la masturbación o la penetración. En general, un orgasmo de próstata requiere más tiempo para calentamiento y más energía. Pero vale la pena. Para garantizar una experiencia de masaje de próstata cómoda y segura, es importante seguir estos pasos.
Prepárate: Si quieres probar un masaje de próstata solo, asegúrate de tener las manos limpias. Quizás lo más importante es que siempre uses lubricante, ya que el ano no se lubrica por sí mismo. Si te duele algo en el recto, disminuye la velocidad y agrega más lubricante.
Despacio y sin prisa: Antes de entrar, comienza con un suave masaje externo en el perineo, que se encuentra entre los testículos y el ano. Tómate tu tiempo para conocer tu cuerpo. Acuéstate de espaldas con el trasero debajo de una almohada, levantando las caderas para facilitar el acceso. Comienza masajeando el perineo con la mano o los dedos. Aplica lubricante en el dedo y frota tu ano externamente para estimular las terminaciones nerviosas.
Explora la estimulación: Si el masaje externo se siente bien, curva tu dedo (en este punto, lubricado) en su recto hacia tu ombligo. Un centímetro o tres, deberías poder sentir tu próstata. Es importante tener en cuenta que realmente no tiene que ir mucho más allá, especialmente en su primer intento. Inserta un dedo unos centímetros en el ano y presiona hacia la parte posterior. Mueve un poco, toca las paredes internas y aplica distintas presiones para ver qué te parece mejor.
Prueba un estimulador prostático: Los masajeadores de próstata adecuados están diseñados de manera diferente para llegar al punto G masculino: la próstata.
La decisión es enteramente tuya, recuerda que la sexualidad se vive tras una puerta y nadie más que tu y tu pareja son los que saben que pasa realmente ahí.
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