El sexo anal es una alternativa si desean explorar en pareja nuevas experiencias, sin embargo se debe hacer con el cuidado necesario, como ya lo hemos mencionado en distintas ocasiones. Si ya decidieron “entrar” por la puerta trasera, también deben saber que la postura del “perrito” no es la única para esta práctica. Aquí algunas variantes.
Él se debe acostar boca arriba con las piernas dobladas hacia su pecho sobre una superficie cómoda y resistente. La mujer se coloca entre sus piernas dándole la espalda entrelazando sus manos con las de él como si estuviera en una resbaladilla. Y listo.
Aquí él se pone de ladito sobre la cama mientras la mujer se coloca transversalmente sobre su pene. Él coloca su mano en la pierna de la mujer para poder medir la intensidad de los movimientos.
La mujer coloca las rodillas sobre la cama y pone su pecho encima de varias almohadas hasta formar una “L”, resultando en que sus glúteos queden libres para la acción. Él se coloca arriba de la mujer mientras penetra lentamente.
Muy parecida a la vaquera tradicional pero en esta variación la mujer se coloca de espaldas al hombre. Una vez encima de él, todo el control lo tendrá la mujer.
Si es la primera vez que lo van hacer de forma anal, sin duda esta posición es la más recomendada. Mientras los dos se ponen hacia el mismo lado, él penetra mientras estimula el clítoris y los senos de la mujer. Ella simplemente disfruta y se relaja.
Mientras él se hinca frente a la mujer, ella se recuesta sobre su espalda con las piernas sobre los hombros del hombre. Mientras tanto, él levanta los glúteos de la mujer y los coloca sobre sus muslos para poder tener acceso directo y más profundo.
Para esta posición van a tener que ponerse atrevidos y salir del cuarto. Sobre unas escaleras la mujer se coloca en cuatro con sus manos un par de escalones más arriba que sus rodillas. Él simplemente disfruta la vista y controla la acción.
O mejor conocido como “el perrito”. Ella se coloca en cuatro sobre una superficie plana mientras él se pone de rodillas detrás de ella y simplemente los dos llegan al cielo.
Recostada boca arriba, ella coloca la piernas lo más pegadas que pueda hacia su pecho, mientras él se coloca encima de ella penetrando profunda y lentamente.
Mientras el hombre se pone de rodillas frente a la mujer, ella se recuesta boca arriba ligeramente de lado con una pierna en el hombro del hombre y la otra sobre la cama. ¡Sentirán el máximo placer!
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